¿La Refinería de PEMEX nos está matando?
O…
… ¿es la nula acción del Gobierno del Estado?
Es la pregunta que muchos en el Área Metropolitana de Monterrey nos hemos hecho a lo largo de estas dos semanas, cuando el problema de la contaminación llegó a un grado por demás crítico, por la suspensión en el aire de las llamadas Partículas Menores a 2.5 y 10 Micras (PM2.5 Y PM10).
Tal vez ambas preguntas tengan la misma respuesta. Sí, la Refinería de PEMEX en Cadereyta es la principal fuente de contaminación y culpable de la pésima calidad del aire que respiramos, de eso no tenemos duda, pero también tenemos otras grandes empresas que contaminan como TERNIUM, CEMEX, NEMAK.
Principalmente, la acerera italoargentina TERNIUM es la segunda empresa que más CO2 o gases de efecto invernadero emite al año, con 6.7 millones de toneladas, la primera es la CFE de Huinalá.
Es decir, la Refinería aporta su grado de podredumbre al aire que respiramos –digamos que el 97.7 por ciento del bióxido de azufre-, sí, pero también la industria privada le echa ganas para envenenarnos.
Acuérdense que cuando andaba en campaña el gobernador Samuel García hablaba de que iba a exorcizar a la Refinería de Cadereyta, que era insostenible que siguiera operando, que contaminaba mucho, pero los vuelcos que da la vida, ahora ya como gobernador hasta ha salido en defensa de la paraestatal acusando con dedo flamígero a los insensibles habitantes de San Pedro por tener siete carros y contaminar más.
Siempre, cuando se trata de actuar en serio y velar por la salud de los nuevoleoneses, nuestros gobernantes no nos defraudan y siguen una pauta casi casi marcada por nota musical para no hacer absolutamente nada.
Hablemos de lo que sucedió recientemente: circularon unos videos en las redes sociales en donde fue evidente la forma en la que contamina la Refinería. Hubo indignación de la sociedad civil, reclamos de los partidos políticos y muchos TikToks de nuestro gobernador, pero al final no pasó absolutamente nada.
Bueno, las autoridades estatales rayaron en el ridículo mayúsculo cuando con un inocuo escrito quisieron “clausurar” la Refinería, pero no pudieron porque les dijeron que era día inhábil -de risa- y que mejor regresaran al día siguiente. Al siguiente día, el gobernador volvió a salir en su Instagram e indignado (no faltaba más) anunció que habría acciones “enérgicas” contra PEMEX por lo que había hecho.
¿Y qué creen que pasó? En efecto, absolutamente nada.
Hace un año, el mismo gobernador Samuel García anunció con bombo y platillo que PEMEX invertiría más de mil 500 millones de pesos para reducir el 90 por ciento de las emisiones contaminantes de la Refinería de Cadereyta. Pero de esos millones, la paraestatal solamente reconoció que invirtió poco más de 343 millones para dos plantas de azufre y un turbogenerador. ¿Y el resto del dinero que supuestamente se iba a invertir?
Bueno, muy seguramente se vio muy bonito decirlo en las redes sociales del gobernador, pero la única verdad que obtuvimos de todo eso fue una vez más la inacción y la mentira.
Si, las instalaciones de petróleo y petroquímica de Cadereyta contribuyen con más del 20 por ciento de las partículas PM2.5 y PM10 en el Área Metropolitana.
Para que se den una idea, las PM2.5, cuyo diámetro es 20 veces menor al de un cabello humano, son las más dañinas por penetrar a los pulmones, bronquios y torrente sanguíneo.
Entonces, si sumamos la contaminación de la Refinería más la nula acción de quienes nos gobiernan, obtendremos la tormenta perfecta que ya están pagando nuestros pulmones: la rinitis, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC) o la fibrosis pulmonar, cualquiera que nos toque por desgracia ya sabemos a quién “agradecerle” el presente, porque futuro no creo que tengamos mucho de continuar este ritmo y ese círculo vicioso de contaminación e inacción.
Nuestra comunidad