Esta Semana Santa que acaba de terminar, nos desayunamos con una información que no deja de ser tragico-cómica: el anuncio del gobernador Samuel García de que el Estado adquirirá un helicóptero Black Hawk de diseño militar para dizque vigilancia policiaca, a un costo aproximado de 90 millones de pesos.
Y la comedia no paró ahí. Nuestro tiktoquer se aventó la puntada de que además buscará adquirir “Cybertrucks”, de las que construye Tesla y que cuestan el salario de toda la vida de cualquier terrenal, para que sean utilizadas por Fuerza Civil.
Samuel García llama a ese tipo de acciones “modernización policiaca” porque quiere que Nuevo León sea “pionero en todo”, pero yo lo llamo gastar el dinero -que aportamos todos los contribuyentes del Estado- a lo estúpido y sin sentido.
¿Ustedes creen sinceramente que en estos momentos Nuevo León necesite un helicóptero Black Hawk de 90 millones de pesos o unas patrullas eléctricas Tesla, que las más baratitas cuestan más de 800 mil pesos? Yo no.
Eso sí, cuando Samuel García fue diputado y senador criticó cuanta compra y renta se le puso en frente del exgobernador Jaime Rodríguez, así fueran helicópteros, drones o despensas. Ah, pero al pasar de los años esas minucias se convirtieron en “estrategias de seguridad pública” porque necesitamos ser los primeros en todo, no faltaba más.
Ausencia de estrategia de seguridad pública
Nuevo León tiene varios sexenios sin una estrategia definida de seguridad pública, no se diga de prevención. Gobernadores van y vienen y nadie se decide a entrarle al problema, siempre viven esperanzados a que llegue el Ejército o la Marina en su rescate.
Además, la carrera policial está muy devaluada, no se les paga como es debido y generalmente son ninguneados por sus superiores, ya no se diga las promociones o ascensos, porque esos son para los que “se portan bien” y no para los más honrados, valiente o buenos policías.
Cuando leí la noticia del Black Hawk, me vino a la memoria la estupenda película Black Hawk Down (La Caída del Halcón Negro) dirigida por Ridley Scott, sobre la fallida operación del ejército estadounidense en territorio de Somalia. El título de la película hace alusión a los dos helicópteros norteamericanos Black Hawk derribados por la milicia somalí, en ese cruento día que le costó a los Estados Unidos abandonar ese territorio en 1993, no sin antes dejar su estela de muerte con más de mil civiles muertos y 19 bajas de sus soldados.
Esa es la utilidad de los helicópteros Black Hawk: son aeronaves de guerra que actualmente utiliza el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional. No tienen otro uso más que estar artilladas para el combate. De ahí que no apuntamos en entender quién fue el comediante que le vendió la idea al gobernador Samuel García, de que servirían para la Fuerza Civil y si hay oportunidad para Protección Civil y hasta para transportar órganos para trasplantes.
De las famosas Cybertrucks de Tesla ya no hay mucho que decir. Para empezar, todavía ni construyen la planta de Tesla en Santa Catarina y si ya estuviera, pagar casi un millón de pesos por cada unidad no tendría ningún valor agregado, salvo el de farolear que son unidades eléctricas, que utilizarán electricidad de las líneas de CFE para cargarse y hasta donde sabemos, la paraestatal genera la electricidad a base de combustibles fósiles. ¿En dónde está la ganancia?
Sin duda, alguien en el gobierno estatal debe estar feliz con estas compras que se avecinan.
Si usted está de acuerdo en que nuestros gobernantes sigan tirando el dinero de los impuestos en puras estupideces, pues entonces celebre las futuras compras que hará Samuel García.
Si es de los que piensan en contrario, entonces trate de compartir sus puntos de vista con sus allegados. No podemos seguir haciendo como que no pasa nada y que la actuación de nuestras autoridades no tendrá ninguna consecuencia en el futuro. Tenemos el deber y el poder para, cuando menos en lo inmediato, influir en la opinión pública de nuestras familias, amigos y vecinos.
Nuestra comunidad