Así enseña ciencia la nueva serie de Netflix, “El fascinante laboratorio de Emily”, conducida por la ingeniera del MIT, Emily Calandrelli.
La nueva serie “El fascinante laboratorio de Emily (Emily’s Wonder Lab, Netflix, 2020) es un acierto, por su alto valor educativo y de entretenimiento para niñas y niños mayores de 5 años, gracias a su conductora Emily Calandrelli y al formato del programa.
Para empezar, la host Emily es como la profesora de ciencia que todos habríamos querido tener en la primaria. Su entusiasmo por los conocimientos es tan contagioso que termina emocionando no solamente a los niños que la acompañan, sino también a los pequeños que la ven desde sus casas.
Además, es de resaltar su método a base de prueba y error, que aparte de ser divertido porque se basa en experimentos, enseña a su audiencia que está bien equivocarse.
¡Sí! Aquí los niños aprenden que, después de todo, la ciencia avanza a partir de hipótesis que se rechazan. Claro que algunas se confirman, pero la mayoría terminan desechándose o modificándose.
Egresada de una ingeniería del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Calandrelli es una entusiasta divulgadora de la ciencia, que ya había conducido programas como “Xploration Outer Space”.
Impulsa las áreas STEM
Por otro lado, el formato de la serie es apropiado para la edad escolar (incluso puede resultar atractivo para los de kínder). Cada capítulo dura menos de 15 minutos y desarrolla un tema en particular. Para ello, Emily cuenta siempre con seis niños invitados, a quienes explica un concepto básico y luego los invita a ponerlo a prueba con distintos experimentos que visualmente son espectaculares.
Así, terminan con los pies en una alberca de masa pegajosa, elaborando burbujas o jugando con slime. No hay paso que se dé en vano: cada procedimiento es explicado y relacionado con el concepto que se esté abordando. Los contenidos son relativos a las áreas de conocimiento denominadas STEM (tecnología, ingeniería, ciencia y matemáticas, por sus siglas en inglés).

Metiendo nubes en botellas
En cada capítulo, Emily concluye invitando al pequeño público a que realice un experimento desde casa, como burbujas de arcoíris, un aerodeslizador, slime de meteorito, nubes en una botella o hasta una calabaza que vomita.
Desafortunadamente, estos experimentos suelen incluir algún objeto o ingrediente que no es de uso cotidiano. En estos casos, una buena idea es que los adultos propongan a los pequeños realizar estos procedimientos con ligeras modificaciones, para aprovechar los materiales que se tienen en casa.
Lo más importante de la serie es que alimenta el entusiasmo de los chicos por las ciencias. Y no solo eso: también fomenta la curiosidad, la observación, la importancia de plantear hipótesis y en general las principales actitudes que distinguen a una mente científica.
¿Entonces, qué se aprende en esta serie?
En “El fascinante laboratorio de Emily”, resaltan aprendizajes como:
- Física: los colores, fluidos no newtonianos, luz ultravioleta, resistencia de los materiales, leyes de Newton, electricidad estática.
- Química: reacciones químicas básicas, reticulación de polímeros, reacciones ácido-base.
- Meteorología: fundamentos detrás de los tornados.
- Elementos del método científico, en especial la observación, hipótesis y observación.
- Roles de género positivos.
Otras series de ciencia similares son «Obra de tu mente» (Brainchild) y «Storybots». “El fascinante laboratorio de Emily” va en su primera temporada, con 10 episodios que ya se pueden ver en Netflix.
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