¿Qué hacer cuando el frío y la lluvia calan hasta los huesos? Una película es una gran opción, pero hay que hacerlo especial.

Estamos de acuerdo que seis grados centígrados tampoco es un frío insoportable. Sin embargo, para quienes vivimos en el noreste de la República Mexicana, donde este descenso en las temperaturas viene acompañado con una pertinaz lluvia, el clima se vuelca insoportable.

Es por ello que se vuelve perfectamente aceptable que si el fin de semana está siendo azotado por estas temperaturas, el quedarse en casa es la mejor de las opciones.

Desde hace tiempo, Irene instituyó en casa una pequeña tradición que en verdad disfrutamos mucho: el cine en casa.

Y aclaro: no se trata de solamente de apoltronarse en el sillón y abrir Netflix. Eso sería demasiado sencillo.

La idea de Irene contempla una minuciosa y larga preparación para replicar en la sala del hogar familiar la experiencia de estar en una sala de cine.

El complemento perfecto para el cine en casa

Primero están los infaltables bocadillos con las palomitas como protagonistas principales. Cada quien debe de contar con su propia porción, porque eso de andarle metiendo la mano a un tazón común genera revueltas similares a la Batalla de Zacatecas.

Luego viene lo interesante: hay que preparar algo para cenar mientras vemos la película, algo así como en las Salas VIP donde un simple hoy dog te lo pueden dejar a precios de diamantes.

En nuestro caso, las opciones más populares de cena cinéfila son (sin un orden en específico): hot dogs y chili dogs acompañados con su guarnición de Ruffles, azules para Irene, verdes para mamá; al papi le es indistinto.

También está la mundialmente famosa “pizza de papá”, que conste fue Irene la que le puso el nombre; que puede ser solamente de pepperoni o, si la peke anda de humor, puede ser de pepperoni con champiñones.

Cumplido el trámite de la cena, viene el parlamento para decir qué vamos a ver. Generalmente, las opciones infantiles son las que ganan la discusión, pero ¿qué se le va a hacer?

Al final, se apagan todas las luces de casa y a disfrutar.

Estoy seguro de que todas las familias tienen su versión de cine en casa, algunas más sencillas y otras más elaboradas.

El chiste es compartir juntos todo el proceso, cocinar juntos, preparar el escenario en familia, ver una película acurrucados debajo de una mullida cobija.

Con esas condiciones, ¿a poco no se disfruta más el frío?

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