La lengua es el órgano con que hablamos: el habla, el lenguaje es la práctica de la lengua, la lengua es facultad, disposición, naturaleza, el lenguaje es estudio, crítica, imitación, hábito, arte.

Supongo que esto lo sabemos todos, las palabras son cuerpos que tienen dimensión, peso, textura y al leerlas nosotros mismos les damos vida, podríamos incluso inventarles una personalidad (aunque para la lingüística, esto no sea verdad)

Me interesa el lenguaje, la comunicación, acrecentarlo cada vez que haya oportunidad imprimirle elocuencia (que es el arte de hablar de modo eficaz para deleitar o conmover) por eso me encanta leer, porque en ese acto aparece la serendipia que es un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta, ¿qué busco cuando leo? Son muchas las respuestas, busco emociones, busco encontrar otros yo en mi mismo, busco palabras nuevas busco a partir de ese acto ser una mejor persona, no sé si más inteligente, pero eso sí, más sensible a eso aspiro como lector, como escritor, como amante y coleccionista de libros.

Por eso quiero compartirles palabras en otro idioma que no tienen traducción al español, es decir, significan un acto o una emoción y si habría que pronunciarlas las tendríamos que pronunciar en su idioma original y luego explicarlas en español con muchas palabras y no solo con una que automáticamente la tradujera:

CAFUNÉ (portugués brasileño): pasar los dedos por el cabello de alguien como caricia

MERÁKI (griego) entregarte con todo tu corazón a algo y hacerlo desde el alma con creatividad y pasión.

FIKA (sueco) el ritual de hacer una pausa para tomar café.

SAUDADE (portugués) un vago y constante deseo por algo o alguien, que no existe o que alguna vez quisimos y perdimos.

FIRGUN (hebreo)  el sentimiento de felicidad u orgullo cuando algo bueno le sucede a otra persona.

NUNCHI (coreano) el sutil arte de escuchar y calibrar el estado de ánimo de otra persona.

FORELSKET (noruego) la euforia indescriptible que experimentas cuando te enamoras.

BOKETO (japonés)  perder la mirada en la lejanía, sin pensar en nada en particular.

RESFEBER (sueco) el inquieto latir del corazón de un viajero antes de emprender el camino.